Un año más sin la muerte del rock
POR Andrea Ríos
En muchos de nuestros discursos recurrimos a la frase “La Música Nos Une”, misma que nos ha acompañado en casi toda nuestra historia. Más allá del cliché que pudieras llegar a pensar a raíz de releerla, el significado y el aspecto práctico de estas cuatro palabras nos remonta a, concretamente, pensar que es una realidad. Para muestra de ello esta el 13 de julio, fecha en que se celebra el Día Mundial del Rock desde 1985.
Recordemos que el día mundial de uno de nuestros géneros favoritos nació justo de unir a las personas a favor de una buena causa y todo gracias a la música. Resulta que a medidos de la década de los 80 en el oriente de África, los países de Sudán, Etiopía y Somalia para ser más precisos, se vivía hambruna aún más encarecida por las fuertes sequías que afectaron a estos territorios. Con el fin de ofrecer ayuda y ser parte de la solución a dicha problemática, Bob Geldof, actor y músico integrante de la agrupación The Boomtown Rats, funda la asociación “Band Aid Trust” para crear un masivo concierto que recaudara fondos para la causa. Bajo el nombre “Live Aid” el concierto se llevó a cabo un 13 de julio de 1985 de manera simultánea en Londres, Inglaterra y Filadelfia, Estados Unidos, coronado por las grandes leyendas del rock: Queen, Bob Dylan, Joan Baez, Elton John, George Michael, Madonna, Dire Straits, Bryan Adams, Paul McCartney, The Who, U2, Phil Collins, Sting, Led Zeppelin, Eric Clapton, Tears For Fears, Duran Duran, Judas Priest, Black Sabbath, David Bowie, Mick Jagger, Keith Richards, The Beach Boys, Simple Minds, entre otros.
Es así como nace el día mundial del rock, no solo uniendo a agrupaciones en un solo espacio, sino a miles de personas ¿la razón? la música como fin humanitario. Celebrar a un género musical como es el rock, invita a una reflexión desde sus inicios en los 60 como resultado de un derivado del blues y el jazz, como contracultura de la violencia que se vivía, como un grito de revolución y rebeldía. Desde su estructura a base de batería, bajo, teclado y guitarra eléctrica incitaba a mover la cabeza, brincar muy alto y rezar por los grandes cambios y desafíos que los jóvenes le pedían a toda una estructura social que dejaba mucho que desear. El rock tomó un valor más allá del encasillamiento de los géneros musicales y se convirtió en cultura con todo el boom que desde su aparición se forjó. Fernando Navarro, en su reportaje “El rock ya no gobierna la música” publicado en El País, dice bien que “no se puede entender el movimiento contra la guerra de Vietnam sin la música de Lennon como tampoco el inconformismo de los jóvenes mods británicos sin My Generation de The Who”. Y así, muchos hechos históricos no hubiesen tenido la misma fuerza sin el rock, como surgió en América Latina con el movimiento en contra de quiénes osaban a tocar y escuchar este género.
En pleno 2018, expertos de los negocios de la música y musicólogos argumentan y visualizan la crisis del rock, tanto que se ha popularizado “la muerte del rock”. El director de la editorial Rockdelux, Santi Carrillo opina “lo de la rebeldía, la contracultura, el alternativismo o el sueño romántico de cambio de sociedad se ha perdido. Ahora el rock es como jugar con la Playstation". Sin embargo, en contextos políticos, sociales y tecnológicos muy diferentes a las décadas más gloriosas del rock, el consumo de la música se centra en el hip-hop y el pop, como los géneros que dominan las preferencias de las escuchas y es aquí donde entra la reflexión de Jorge Ortega, director de la revista Ruta 66 “como fuerza revolucionaria hace mucho que ha muerto (en referencia al rock). No creo que la gente joven necesite hoy lo mismo que necesitábamos nosotros. Ellos tienen otras formas de comunicarse y sentirse parte de una generación". En este sentido, nos volcamos a la aceptación de los más nostálgicos de que los géneros y las maneras de consumo musical tienden a evolucionar. Alejarnos del “utopismo generacional” nos invita a apreciar el nuevo rock que se está cosechando como reflejo de ideas y visiones de un mundo actual y no por ello le resta valor y calidad, sino todo lo contrario, enriquece el ecosistema que sigue latiendo con el poder de las guitarras, la dureza del marcar los ritmos de las baterías y los bajos y los matices de los teclados.
Por eso y mucho más, te enlistamos las canciones más rockeras del talento que ha pisado la FIMPRO en nuestras cuatro ediciones. ¡Disfrútala!