Los mundos de Violeta Parra
POR Mónica Hernández
Violeta Parra, en estos días, es una leyenda y un conjunto de símbolos. No sólo del idealismo social que encabezaron figuras musicales como ella y Víctor Jara, sino también del feminismo, de la lucha indígena, de la justicia: del arte comprometido como una forma de vida. El foro “Violeta Parra, Creadora de Mundos y de Canciones” fue una celebración a la vida de esta mujer chilena emblemática, a 100 años de su natalicio. Con las portadas de su amplia discografía, canciones desgarradoras, y acordes que pasaban de sonidos primitivos a la re-escritura de compases europeos tradicionales, el doctor en Musicología, Juan Pablo González, nos dejó entrar a la intimidad de la figura internacional de Violeta. Así como a la re-interpretación de una obra artística sin precedentes, en la que las fallas sociales se vuelven territorio: “lo adverso de la geografía y de la sociedad”, la travesía de un individuo ante condiciones hostiles.
Algunos lugares de Chile pueden ser inhóspitos, el clima extremo puede rezagar personas; sin embargo, la injusticia arrincona la diversidad y la oposición a la periferia. De esta forma, Violeta Parra mimetizaba su país de origen. Pues, como mencionó Juan Pablo, el director del Instituto de Música de la Universidad Alberto Hurtado y miembro del Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes de Chile, la madre de la nueva canción chilena era una mujer de temperamento pasional, que incluso alcanzaba una esencia de oposición natural. Como se nota en su amor a las raíces chilenas y a naciones extranjeras, como Francia, así como en los sonidos que componen su obra musical.
La oportunidad que representa una charla que rememora y valoriza el peso de una figura como Violeta Parra, en su tiempo fundamental para la construcción de una causa común, es un compromiso trascendental para el país al que tanto amó. Sin embargo, es un pacto humanitario no dejar morir a la mujer que no sólo compuso canciones, sino que creó mundos mejores que el nuestro.