Confianza y buen olfato: Seymour Stein
POR Omar Magaña
FIMPRO se inició con un plato fuerte: la charla entre Seymour Stein, elemento ejemplar de la industria musical contemporánea, y Valerie Miranda, Label Relations Manager de Spotify para México y Latinoamérica.
Plato fuerte porque una figura como Stein reúne todas las características que todo profesional e iniciado en la compleja cadena de producción, posicionamiento y distribución de música a escala global desearía aprender y ejecutar.
“Cuando confío en alguien nadie puede quitarme esa idea”, afirmó Stein en la charla frente a productores, mánagers, directores de sellos disqueros y músicos convocados por FIMPRO, quienes reconocen el atinadísimo olfato y el gusto de este activo septuagenario, quien tuvo la confianza, las agallas y la pericia para abrir un espacio a la escena punk y new wave en la cultura de masas de los años 70.
Por razones casi obvias, muchas de las preguntas que Stein respondió esta mañana estuvieron relacionadas con ese periodo de oro que experimentó el sello discográfico Sire Records, fundado y dirigido por él y Richard Gotterher, a través del cual vieron la gloria actos tan fuera de serie como The Ramones o The Talking Heads.
A propósito de ello, Stein tuvo que rememorar aquella etapa mágica del CBGB’s del East Village neoyorquino donde él, un adulto en sus treintaytantos fue a toparse de frente con bandas tan adelantadas como The Ramones o The Talking Heads, proyectos que un visionario como este deseaba para abrir puertas a nuevas tendencias en la escena dominante del rock.
“Todas las tendencias a mediados del siglo XX fueron lanzadas por independientes”, recordó el mismo Stein a propósito de leyendas como Elvis Presley, quien hizo sus primeras grabaciones en el sello Sun Records de Memphis antes de abrirse paso hacia las grandes discográficas.
Sire Records, un pequeño sello que vio la luz hace exactamente 50 años con ediciones de blues y rock progresivo, gozó a lo largo de varias décadas con un contrato de distribución con Warner Records, lo que ofreció a un empresario con el olfato de Stein las posibilidades de llevar las bandas de su catálogo a un público mucho más amplio.