Auge de los mercados musicales
POR Enrique Blanc
Las transformaciones irrefrenables e irreversibles que trajo la llegada de Internet a la industria musical crearon paulatinamente lo que muchos han denominado el “nuevo ecosistema musical”, es decir una realidad dinámica que ha generado renovadoras interacciones en todos los agentes que forman parte de la misma, especialmente en el ámbito independiente.
Lejos de discutir si las multinacionales han perdido supremacía y si los contenidos —es decir la producción de canciones por parte de sus autores— son ahora una fuente menor de ingresos que éstas han sabido subsanar con la persistente llegada y venta de tecnologías de almacenamiento y reproducción musical, concentrémonos más que nada en el renglón independiente. Un ecosistema que agrupa, entre otras instancias, a sellos, productores de festivales, músicos, periodistas especializados y a todos aquellos con roles emergentes a partir de las necesidades creadas para la distribución digital de música, donde compañías como Apple, Spotify, Deezer, Google Music, en fuerte competencia, han entrado en una coyuntura donde se busca que sean los servicios de streaming los que finalmente dominen el mercado.
Con el doble propósito de, por una parte, desentrañar el futuro inmediato de esta reformulada industria musical y, por otra, de ofrecer herramientas que permitan a los diferentes sectores de la misma entrar en contacto y crear sinergias a su favor, se ha diseñado el modelo del mercado musical. Y si bien cada uno de sus distintos modelos obedece a características propias —es decir, que no hay un modelo probado y dominante—, en su mayoría basan su diseño en tres ejes: Formación, Industria e Innovación.
Circulart, el mercado que se realiza en Medellín, Colombia, desde 2011, se ha convertido en un referente para otros que han venido surgiendo con el propósito de establecer redes de colaboración e intercambio a lo largo y ancho del continente americano. En ese sentido, estamos ante un momento en el que las industrias musicales latinoamericanas buscan solidificarse a través de la solidaridad y apoyo que puedan establecer tanto al interior de sus territorios como al exterior de estos.
Anualmente Circulart —al igual como sucede con otros mercados fundados en países como Argentina, Brasil y Chile— se convierte en una cita obligada para muchos de los protagonistas del nuevo ecosistema, y es allí donde coinciden, entre muchas otras firmas, discográficas como las mexicanas Intolerancia y Casete; asociaciones como MMF LATAM que han creado en complicidad managers de toda América, o REDPEM que agrupa a periodistas especializados; representantes de distintas instituciones educativas como el Berklee College of Music, a la par de profesionales cuyo interés estriba en el desarrollo de plataformas que permitan la interacción entre festivales, artistas y otros mercados. Un encuentro intensivo de cuatro días de duración en el que se suceden conferencias, showcases, encuentros y ruedas de negocios. Un ocasión ideal para acordar colaboraciones, recapitular esfuerzos y proyectar avances a futuro.
Nuevos mercados
La inercia que paulatinamente han creado los mercados más consolidados como Circulart, MICA en Argentina, FIM Pro en México, por mencionar algunos, ha detonado el surgimiento de otros más que buscan desde sus propias sedes integrarse al circuito latinoamericano. En 2015 fueron tres los que surgieron en este contexto: AM-PM en Cuba, FIMVEN en Venezuela e IMESUR en Chile.
En su primera edición, realizada del 18 al 21 de junio en La Habana, AM-PM concentró su atención en presentar a los delegados internacionales que acudieron a éste las posibilidades de industria que ofrece un país que ahora encara una coyuntura importante generada sobre todo por la nueva permisividad que hay para los emprendimientos independientes. Teniendo como sede la imponente Fábrica de Arte Cubano, un espacio que se desdobla en posibilidades y que alberga lo mismo exposiciones de arte que foros para conciertos, sus organizadores pusieron especial atención en mostrar una parte representativa del trabajo musical que hoy se hace en la isla. Voces y talentos como Yusa, Telmary, Eme, Yizzi, Alfonso X, entre otros, exhibieron que sin bien la raíz de la música cubana respira en la gran mayoría de sus sonidos, hay quienes han sabido llevarla a través de la fusión con éxito a otros territorios sonoros, del jazz al rock y al hip hop.
Algo similar a lo experimentado en Cuba aconteció en FIMVEN, que tuvo lugar en Caracas entre el 7 y el 11 de diciembre, teniendo como sede el Complejo Cultural Teatro Teresa Carreño. En su edición inaugural, FIMVEN hizo especial énfasis en proyectar la efervescencia que tiene una escena musical que ha sido poco visibilizada en el resto del continente. Fueron cuatro jornadas de exponerse a un desfile impresionante de talentos en el que tomaron parte desde consagrados como Desorden Público, instituciones de prestigio local como Federico y su Combo Latino, proyectos con prestigio ya ganado como C4 Trío o Campesinos Rap, y voces emergentes como las de Laura Guevara y Fabiola José.
Especial atención hay que dar a la gran avidez con que los proyectos musicales venezolanos acogieron a los delegados internacionales, indicio innegable del interés que hay en ampliar sus fronteras de exposición al resto del circuito continental.
El modelo de IMESUR, a diferencia de AM-PM y FIMVEN, fue mucho mas abierto en cuanto a su oferta musical, la cual incluyó artistas procedentes de otros rincones de América; situación que quizás se explica en el hecho de que en la actualidad la escena chilena ha sabido encontrar los medios idóneos para sustentar una generación de músicos que son ya bien conocidos en el resto del continente y que lo mismo han conseguido desarrollarse en Argentina que en México o Estados Unidos: de Ana Tijoux a Gepe, y de Astro a Francisca Valenzuela, por sólo mencionar algunos. No obstante, la aportación ofrecida por IMESUR enriqueció asimismo la visión que se tiene de la música chilena hacia el exterior, demostrando que además de pop independiente y rock —de innegable gran factura, hay que decirlo—, hay otra serie de estilos que tienen expresión en ese país como la música de fusión, el folclor, el jazz y la experimentación. Participaron en su programa tanto los locales Juana Fe, Congreso, Joe Vasconcelos, y Natisú, junto a los argentinos Sofía Rei y Vivi Pozzebón, y los raperos venezolanos MCKlopedia, entre otros.
IMESUR se llevó a cabo en Santiago del 11 al 13 de noviembre. Estuvo conformado por una programa de conferencias, en las que se abordaron temáticas como la identidad latinoamericana en la música, los mitos y realidades de la música digital y la cohesión de los periodistas en esta nueva realidad continental. IMESUR asimismo implementó una jornada de ruedas de negocios y ubicó su programa de showcases en dos sedes: El Centro Cultural Montecarmelo y el Parque Balmaceda, ambos en la comuna de Providencia de la capital chilena.
El lanzamiento de estos tres mercados en 2015, junto a los ya establecidos, plantean un panorama de colaboración a futuro y la posibilidad de que en solidaridad las industrias musicales independientes consigan cohesionar un circuito por el que los mejores talentos de cada país puedan darse a conocer, hacerse visibles ante los medios, cultivar seguidores y continuar profesionalizándose.